Creamos, desarrollamos e impulsamos la identidad visual corporativa de tu empresa. Asociamos la imagen y valores estratégicos de tu marca con los diferentes soportes y medios, reflejando la personalidad de la empresa con coherencia y eficacia.
Índice de contenidos:
¿Qué es la identidad corporativa?
Principales elementos identificadores
¿Para qué sirve la identidad corporativa?
¿Qué es la identidad corporativa?
La identidad visual corporativa es la representación visual de una marca, incluyendo su logo y el resto de soportes gráficos y acciones publicitarias tangibles. Además, esta identidad visual refleja los valores y filosofía de la marca en cuestión. A través de la identidad visual corporativa los clientes identifican rápidamente los valores de una compañía preestablecidos en una estrategia de BRANDING.
A través de la identidad visual corporativa la empresa hace uso de toda una serie de elementos visuales y gráficos, que le permiten comunicar toda una serie de valores y creencias que no podría plasmar de otro modo. En el caso de querer hacerlo, sería muy complicado transmitir ese sentimiento o emoción concretos. Y puesto que una imagen vale más que mil palabras, podemos hacernos una idea de la gran relevancia empresarial que tiene la definición de la identidad visual corporativa.
Por regla general, la identidad visual se recoge en un documento conocido como Manual de Identidad Visual Corporativa, el cual establece todos los detalles y elementos que la empresa tiene en consideración para desarrollar su filosofía y plasmar de la mejor manera posible todos sus valores y pautas de comportamiento.
Principales elementos identificadores
Existen numerosos elementos, tangibles e intangibles, que pueden conformar la identidad corporativa de una empresa, y que hacen que los clientes perciban de forma correcta la imagen que la marca pretende transmitir:
El nombre de la empresa o “naming”. Es la primera impresión, por lo que es muy importante escogerlo bien. No es obligatorio que tenga relación con la actividad de la empresa, una manzana nada tiene que ver con un ordenador, en el caso de Apple, pero si te fijas es breve, fácil de recordar y pronunciar, muy atractivo y diferenciador.
El logotipo. Debe transmitir la esencia de la empresa. Es fundamental que sea legible y comprensible, de nada sirve tener un logo creativo y llamativo si no se entiende o nadie es capaz de descifrarlo. A la hora de diseñar un logotipo ten presente siempre esta máxima: “Menos es más”. Y piensa que tiene que ser atractivo para los potenciales clientes, por lo que hay que tener en cuenta el target, los valores a transmitir, el sector…
El eslogan. Resume la filosofía de la compañía en una frase llamativa e impactante. Tiene que ser algo con lo que los usuarios se sientan identificados. Nos ayudará a dar credibilidad, mejorar el recuerdo de la marca y potenciar nuestra imagen.
La tipografía y los colores. Es fundamental tener definidos en nuestro Manual de Identidad Visual Corporativa, las tipografías y los colores exactos que usa la marca, y ser muy estrictos al respecto. He llegado a ver hasta cinco tipografías diferentes en la página de inicio de una web, y unos cuatro colores distintos y mezclados que nada tenían que ver con la marca. Este tipo de detalles hay que cuidarlos porque debilitan la imagen corporativa.
El sitio web de la compañía.
Hoy en día es fundamental tener una web. Es un escaparate de nuestra empresa y una oportunidad enorme para atraer a potenciales clientes. Por lo que hay que cuidar el diseño y asegurarnos de que transmite todo lo que queremos y lo que somos. No sería la primera vez que busco una empresa en Internet, atraída tal vez por un packaging precioso de su producto y me encuentro con una web pésima, fea y nada cuidada. Lo que suele provocar una pérdida de confianza y credibilidad, o al contrario.
El material corporativo. Todo tipo de comunicación impresa que haga la empresa, transmite su identidad y valores, provocando sensaciones y opiniones, tales como tarjetas, catálogos, folletos… Todos estos los elementos deben respirar el mismo estilo gráfico para que no haya duda alguna de que es la misma empresa la que está detrás, tanto de esas tarjetas como de ese catálogo. Sin olvidarnos del packaging. Su diseño es esencial, hasta el punto de que un tercio de las decisiones de compra, se llevan a cabo sólo por el envase.
La atmosfera. Hoy en día ya no se venden productos, ni servicios, sino experiencias. Para vender hay que seducir al público, pero literalmente seducir a sus 5 sentidos. La música, el olor, el tacto… También son factores que ayudan a crear una atmosfera seductora alrededor de la marca y fijarla en la parte emocional del cerebro del consumidor.
Un ejemplo, es el característico olor de las tiendas de Zara Home. Los consumidores compran esa fragancia para que sus casas huelan igual, porque no es sólo un olor, es todo lo que representa, es gusto, elegancia y decoración exprimidos en un aroma.
La historia y la reputación. Como hemos podido observar, absolutamente todo comunica. Incluido un lápiz personalizado con nuestro logo. Si se rompe o no pinta bien, también influirá en lo que piense esa persona que se lo ha llevado, sobre nosotros. Las campañas publicitarias, la actitud de los empleados, las malas o buenas prácticas, los errores… Todo influirá en una buena o mala imagen de la empresa.
¿Para qué sirve la identidad corporativa?
La identidad corporativa representa de manera visual cómo es una empresa, de su personalidad y los valores que pretende transmitir a los potenciales clientes. Dichos valores deben definirse previamente con una buena planificación de branding. Los principales apartados que se deben trabajar para transmitir una imagen de marca coherente y eficaz:
Identificación con la marca. A través de la identidad corporativa, conseguimos que el público objetivo se identifique con los valores y la filosofía de la empresa. Nos convertimos en sus amigos, sus compañeros de vivencias, lo que aumenta la fidelización de los consumidores.
Identificación de productos y servicios. La identidad corporativa hace que la marca tenga coherencia visual, al existir una homogeneidad entre todos sus elementos gráficos, comportamientos y comunicaciones, los productos o servicios se identifican fácilmente. Por ejemplo, todos reconocemos de inmediato los productos de la marca Apple, sin necesidad de ver el logotipo.
Aumento del valor percibido. Por lógica una empresa que se preocupa por su imagen, cuida los detalles y se preocupa por agradar al cliente, esto incrementa el valor de los productos o servicios que ofrece. Además de transmitir una sensación de confianza.
Establece un vínculo emocional. Como venimos comentando, las empresas buscan conectar a un nivel emocional con su público, y por eso crear experiencias sensoriales de todo tipo en torno a la marca tiene tanta relevancia, porque al final, ese vínculo da paso a la lealtad.
Fortalece la marca. Una identidad corporativa cuidada aporta una gran sensación de seguridad y confianza al cliente, además de profesionalidad. Y esto al final genera un orgullo de pertenencia a esa marca con unos valores compartidos. En última instancia esto es lo que hace fuerte la marca de una empresa.